Microbiota y emociones

Microbiota y visión de la nutrición en el manejo del estrés y la angustia

Escrito por: Nutricionista Nelba Villagrán

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Tiempo de lectura 2 min

La microbiota intestinal tiene un papel clave en la salud mental, ya que influye en la producción de serotonina, el neurotransmisor del bienestar. Su alteración puede afectar el estado de ánimo y la percepción del mundo, contribuyendo a problemas como la ansiedad, la depresión o el autismo.

Una dieta rica en fibras prebióticas y omega-3 ayuda a mejorar la diversidad de la microbiota, mientras que el uso de probióticos específicos ha demostrado ser beneficioso para regular su composición y mejorar el comportamiento social. La nutrición adecuada y el equilibrio de la microbiota son fundamentales para una respuesta saludable al estrés

El estrés es una adaptación evolutiva que  proporciona una pronta respuesta para la huida o la  lucha  ante un peligro. A corto plazo, las respuestas al estrés son beneficiosas porque ayudan a la supervivencia, pero  la exposición prolongada al estrés o estrés crónico es perjudicial para la salud tanto fisiológica, emocional como conductualmente.


La percepción de estrés se produce no solo en respuesta a los peligros del medio ambiente sino que se relaciona con otros factores, entre ellos el tipo de dieta, la diversidad de la microbiota, las interacciones sociales, etc.


El sistema gastrointestinal posee un Sistema Nervioso entérico formado por más de 100 millones de células nerviosas que revisten el tracto gastrointestinal desde el esófago y hasta el recto,  comunicándose con el cerebro y viceversa. Constituye   un circuito de  neuronas, hormonas, y neurotransmisores, que envía mensajes al cerebro informándole del estado del intestino y el cerebro puede enviar señales que a su vez impactan el ambiente intestinal modificando la microbiota.

La composición de la microbiota influye directamente en los niveles de serotonina, el neurotransmisor responsable de la sensación de felicidad y tranquilidad. Se ha demostrado que  una alimentación variada y el respeto a nuestra cronobiología, contribuyen a una  microbiota  diversa y saludable.


La inadecuada calidad de la microbiota,  puede alterar nuestra percepción del mundo, producir déficits del comportamiento social, que se manifiestan por ejemplo en afecciones neuropsiquiátricas como TEA, ansiedad social, depresión, o en problemas como la necesidad de comer alimentos poco saludables y adictivos.


Los alimentos ricos en fibras vegetales prebióticas son componentes dietéticos no digeribles metabolizados por la microbiota intestinal que promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas, incluidos los géneros BifidobacteriumLactobacillus. Las dietas ricas en omega 3 o la ingesta de suplementos han modulado comportamientos alterados.


Estudios en niños con TEA mostraron mejoría en la composición microbiana al agregar a su dieta semillas de chia, lo que hace suponer que las alteraciones  de la microbiota de los individuos autistas pueden deberse simplemente a la ausencia de una ingesta suficiente de nutrientes y al efecto negativo de algunos medicamentos que alteran negativamente la composición.


La modulación de la microbiota mediante la administración de probióticos específicos (Lactobacillus Reuteri , Lactobacillus Plantarum, Bifidobacterium longumLactobacillus acidophilusLactobacillus rhamnosus entre otros)  ha sido considerada beneficiosa para la regulación de la microbiota, reduciendo déficits sociales,


Bibliografía: 

Eoin Sherwin, Seth R. Bordenstein, John L. Quinn, Timothy G. Dinan, John F. Cryan*. Microbiota and the social brainScience 01 Noviembre 2019, Vol. 366, Ed. 6465

https://science.sciencemag.org/content/366/6465/eaar2016.full

Nelba Villagrán Nutricionista Integrativa Ortomolecular

Nelba Villagrán

Nutricionista Ortomolecular e Integrativa, naturópata certificada Minsal.