Hombre intentando estar concentrado frente a su computador, mostrando signos de cansancio o dificultad para mantener el enfoque.

Concentración mental: cómo mejorar tu enfoque y rendimiento

Escrito por: Nutricionista Nelba Villagrán

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Tiempo de lectura 4 min

“El psicólogo William James, uno de los padres de la psicología moderna, definió la atención como “la toma de posesión por la mente, de un modo claro y vívido, de uno entre varios objetos o pensamientos posibles”.
Hoy, la neurociencia confirma que esta función —junto con la concentración— es esencial para la memoria, el aprendizaje y la calidad de vida.”

¿Qué es la concentración?

La concentración es un proceso psíquico que se realiza por medio del razonamiento; consiste en centrar voluntariamente toda la atención de la mente sobre un objetivo, objeto, tarea o actividad que se está realizando o pensando en realizar en ese momento, dejando de lado toda serie de hechos y variables que puedan interferir en la atención.


Nos centramos en un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor e ignoramos todos los demás.


La concentración no tiene relación con la inteligencia, sino que con diversos factores que pueden constituir distractores, como por ejemplo, tratar de realizar muchas tareas al mismo tiempo.


La capacidad de concentración se reduce gradualmente con la edad, pero también puede producirse en determinadas circunstancias como una forma adaptativa del cerebro.


La baja concentración puede afectar la productividad, perjudicar la ejecución correcta de tareas, invirtiendo demasiado tiempo , o no logrando concluirlas. Es muy importante para el proceso de aprendizaje y es necesaria para la adquisición de conocimientos.

Factores que afectan la concentración

Agotamiento físico o mental

  • Agotamiento físico por ejercicios o tipo de trabajo
  • Cansancio o fatiga mental provocado por jornadas laborales prolongadas sin descanso.

Condiciones ambientales inadecuadas

  • Ruido excesivo, temperaturas extremas ya sea frío o calor, iluminación deficiente, etc).

Factores emocionales y hábitos

  • Estrés, ansiedad o preocupaciones personales que ocupen sus pensamientos o incapacidad de frustración.
  • Falta de motivación por lo que se hace.
  • Mala higiene del sueño, insomnio.

Cómo mejorar la concentración

Elimina distracciones y crea un entorno propicio

  1. Evitar distracciones mientras se realizan actividades que requieran concentración, creando un entorno tranquilo, sin ruidos.

  2. Hacer un listado de las actividades diarias, con lápiz y papel.

  3. Minimizar el uso del celular y redes sociales durante tareas que requieran enfoque.

  4. Si debes concéntrate, evita interrupciones de familiares o compañeros de trabajo. Dedícate especialmente a la tarea.

Cuida tu cuerpo y tu mente: combina descanso, ejercicio y meditación

  1. Descartar patologías que pueden estar provocando el problema (chequear tiroides, estrés, depresión, TDAH, etc.).

  2. Tomar descansos cortos en medio de las actividades.

  3. Realizar ejercicios físicos en forma rutinaria.

  4. Practicar meditación o mindfulness.

  5. Dormir lo suficiente, 7 a 8 horas diarias y evitar el insomnio.

Entrena tu mente con juegos o lectura diaria

  1. Realizar juegos o actividades de entrenamiento mental, como ordenar imágenes o palabras, buscar diferencias en imágenes, palabras cruzadas, etc.

  2. Aprender un idioma o a tocar un instrumento.

  3. Jugar ajedrez o sudoku.

  4. Leer diariamente algún artículo o libro por 30 minutos.

Suplementos que apoyan la concentración y el enfoque

Omega 3 (EPA + DHA)

Variedad de beneficios para la salud neurológica, mejora cognición y memoria, la comunicación entre neuronas y la velocidad mental, el aprendizaje y la recuperación de información, el razonamiento y la resolución de problemas, así como el apoyo al enfoque y la concentración.

Complejo B

Apoyan la función del sistema nervioso, este grupo de vitaminas actúa como cofactores necesarios para la síntesis de mielina y neurotransmisores. Específicamente el déficit de vitaminas B6, B9 Y B12 se asocia a depresión, trastornos en el desarrollo y neuropatías, participan además en el metabolismo energético.

Vitamina D3 y Coenzima Q10

La Vitamina D3 actúa como neuroprotectora, regula la respuesta inmunitaria en el sistema nervioso central, lo que es importante para protegerlo y mantenerlo saludable y facilita la comunicación neuronal.


Por otro lado, la Coenzima Q10 mejora la producción de energía celular, es materia prima para las mitocondrias del cerebro, y como antioxidante protege a las células nerviosas ante patologías neurodegenerativas.

Magnesio, Zinc y Fosfatidilserina

El Magnesio ayuda a regular las señales nerviosas y la respuesta al estrés, especialmente los magnesios quelados como el taurato y el L-treonato de magnesio, ambos capaces de atravesar barrera hematoencefálica, mejorando los niveles de magnesio en el tejido cerebral. 


El Zinc comunica las células nerviosas y favorece el correcto funcionamiento del cerebro.


La Fosfatidilserina participa en la transmisión de los impulsos nerviosos y de la información, y en el metabolismo de neurotransmisores acetilcolina, noradrenalina, serotonina y dopamina. 

Vitamina C y antioxidantes

La Vitamina C es un antioxidante esencial en la producción de neurotransmisores como dopamina y serotonina, que influyen en el estado de ánimo y la memoria.

Alimentación y hábitos para potenciar el rendimiento cognitivo

Incluir en la alimentación alimentos naturales ricos en esos nutrientes, en proteínas y en hierro, que facilita el transporte de oxígeno al cerebro.


Evitar alimentos refinados, ultraprocesados, con grasas poco saludables y aditivos, que pueden generar lentitud y deterioro cognitivo, así como evitar dietas altas en azúcar, que luego producen efecto rebote de hipoglicemia, afectando la función cerebral.

Conclusión: mantener la concentración para una mente activa

La concentración es una capacidad esencial para el aprendizaje, la productividad y la calidad de vida. Mantenerla requiere más que solo fuerza de voluntad: implica cuidar el cuerpo, la mente y el entorno en que desarrollamos nuestras actividades. Factores como el descanso adecuado, la práctica de ejercicio físico, la meditación y una alimentación equilibrada contribuyen significativamente al rendimiento cognitivo y a la claridad mental.


Además, evitar distracciones, organizar las tareas y ejercitar la mente mediante la lectura o juegos mentales son herramientas prácticas para fortalecer la atención de forma sostenida. El uso racional de la tecnología y los suplementos nutricionales que apoyan la función cerebral pueden ser aliados valiosos en este proceso.


Cultivar la concentración no solo mejora el desempeño diario, sino que también promueve el bienestar integral y la salud neurológica a largo plazo.

La concentración es esencial para la memoria y el aprendizaje.

El estrés, la fatiga y las distracciones reducen el enfoque mental.

Dormir bien, hacer ejercicio y practicar mindfulness ayudan a mejorarla.

Nutrientes como Omega 3, complejo B y magnesio potencian la función cerebral.

Profesional de salud de Ortomolecular Chile con uniforme morado, sonriendo.

Nelba Villagrán

Nutricionista Integrativa Ortomolecular | Gerente técnica

Referencias